martes, 21 de septiembre de 2010

Fantasma en la escalera...












Hola bienaventurados lectores, esta vez les presentaremos uno de los más grandes misterios que acechan a la familia: el fantasma de la señora de blanco en la escalera. Según la leyenda, varios miembros de la familia lograron ver esta aparición, por lo que se presume que el espíritu habita en la Casa Macotela, pero como hay muchos relatos vagos e inconsistentes, les contaremos el que más credibilidad tiene; el de Gustavo.
Adentrémonos en el increíble mundo de ultratumba...

Todo comenzó hace muchos, muchos años, cuando el buen tío Gustavo contaba con tan sólo 13 primaveras en su vida y se hallaba en la comodidad de la sala, disfrutando de la programación televisiva, que por ese entonces tal vez se trataba de "Los Beverly de Peralvillo" o "Los Polivoces". Eran aproximadamente las 10 de la noche y en el ambiente se respiraba una tensa calma...
Nuestro protagonista se disponía a retirarse a sus aposentos a descansar, para lo cual se despidió de su progenitora, la Jechu, y de un par de hermanas, las cuales se encontraban en el comedor y aún se iban a quedar un rato más ahí...
Al dirigirse hacia el patio, Gustavo inmediatamente notó el silbido sordo del viento entre las ramas de los arboles, la oscuridad impenetrable, solo rota por un ligero resplandor que llegaba desde la ventana de la sala y un silencio, tan atronador, que el único sonido perceptible era el de su corazón latiendo en sus oídos. Cuando entornó los ojos para fijar la vista, supo que algo estaba mal...
Entonces la vio. Al principio creyó que se trataba de un singular destello, causado por algún extraño fenómeno de reflexión de la luz proyectada lateralmente en los peldaños de la escalera. Ese pensamiento se esfumó cuando contempló la figura de la mujer, sentada sobre los primeros escalones, quien ataviada con un vestido blanco, estaba mirándolo...
No sintió miedo, al menos al principio; sintió curiosidad por saber qué hacía una señora sentada tan tranquilamente en la escalera. Podía ser cualquiera, alguna trabajadora domestica a punto de retirarse o incluso alguien de su familia descansando; con 6 hermanas deambulando por la casa, era una posibilidad auténtica. Pero allí, mientras se acercaba a ella, traspasando la negrura de la noche, dando pasos como en un sueño, quedo convencido de que esa visión no era, en absoluto, conocida; no era parte de la escena habitual nocturna, vaya, ni siquiera parecía una visión real...
Tal vez era lo exageradamente claro de su ajada piel, o esos ojos terriblemente vacíos que lo contemplaban, o por la manera tan ilusoria en que ondeaban los pliegues de su vestido; esa figura no era tangible. Él lo sabía y retrocedió...
Se dio vuelta y caminó hacia la sala, con la sangre helandosele en las venas, entendiendo que si volvía la vista atrás, su corazón no lo soportaría y se detendría...
Logró entrar y no dijo nada de lo sucedido. No hubiera podido hacerlo aunque quisiera. Apenas alcanzó a responder incomprensiblemente una pregunta de su mamá. Esperó lo necesario para recobrar el aliento, se movió como pudo y salió nuevamente al patio...
No había nadie. Estaba seguro que no iba encontrar a nadie. Anduvo hasta la escalera, y aunque subió cada peldaño sintiendo un estremecimiento recorrerle la espalda, ya no pasó nada. Fue a su cama y, aunque tardó algo más de lo usual, se durmió...
Soñó con enredos propios de la adolescencia. No se despertó para nada, pero si lo hubiera hecho, aunque fuera por un segundo, habría sentido un par de dedos, pálidos y fríos como tempanos, retirándole cabellos de la frente; en un gesto, tal vez, maternal, casi como de caricia...
Recordó que se le había olvidado cuando por la mañana, listo para ir a la escuela, bajó por ese mismo lugar. Trató de persuadirse de que no ocurrió nada realmente, de que todo fue inventado por su imaginación vivaz, sin embargo, esa evocación de lo sucedido, ese instante parado ahí, la noche anterior, lo acompañaría, él lo sabía, no sólo durante el correr de los días siguiente, sino durante mucho, pero mucho tiempo...

Esta es la historia de el encuentro de Gustavo con el fantasma de la señora de blanco en la escalera. Aún ahora que la relata no puede ocultar una mirada perdida, de introspección... Que piensa? sólo el lo sabe. Aquí, como siempre, únicamente lo contamos y ya cada quien sabrá qué es lo que quiere creer. Realidad o ficción?. La llorona?... Una bruja?... La planchada?... tal vez nunca lo sabremos con certeza... hasta el momento en que nos topemos con ella...
Nos retiramos dejando unas imágenes que, según Gustavo, se parecen a lo que vio esa noche. Se necesita criterio amplio para observarlas...

-Tt.




Estas fueron las que menos se parecían a lo visto esa vez, pero las ponemos pa´ ver si de algo sirven...

2 comentarios:

  1. CIELOS¡¡....

    SÍ...YO ALGUNA VEZ ESCUCHÉ ESA
    HISTORIA RELATANTE...

    LARGA VIDA AL FANTASMA DE LA SEÑORA DE
    BLANCO EN LA ESCALERA...(lo escribí bien?)

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  2. 10 Nov 1957

    FUI A DEJAR A ESA CASA A UNA PERSONA QUE NO PAGABA LOS TAXIS, AL ASOMARME POR LA PUERTA, VI UNA FIGURA CALAVERICA DE BLANCO DESCENDIENDO POR LA ESCALERA, ME SUPER ESPANTE, MIENTRAS UNA SRA GRITABA ME QUIEREN VIOLAR, OTRA GRITABA NO TE SALGAS NATALIA.

    YO ABANDONE ESA MANSIÓN DE INMEDIATO Y NO ME QUEDE A AVERIGUAR...

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