domingo, 20 de octubre de 2013

¿Y ahora...Quién podrá ayudarnos??!!



Qué tal hambreados lectores?

   Hoy me toca a mí narrar la triste y surrealista anécdota sucedida este 19 de Octubre.
   Era un sábado cualquiera en la casa de "La Jechu",  las mellizas La Tostada y La Guayaba (Damaris y Flor), pusieron su puesto de garnachas como ya es costumbre. El puesto, conocido popularmente como "Las Fritangas", abría nuevamente su carpa para ofrecer a los transeúntes las ya conocidas bombas de calorías y colesterol malo: alitas, banderillas, papas fritas, etc...
   Como es bien sabido, el 70% de la familia gusta de ingerir bebidas espirituosas a la menor provocación, entiéndase un -"Chale, está el puesto de fritangas....vamos a chupar.."- como tal.
   Y así fue que, Tete, Selene, María, Flor, Damaris y Selma, envalentonados por el Torres y el Chivas Regal que acababan de "nahualearse" de la reserva de la casa, decidieron echar trago en la calle a la luz del foco garnachero, ignorando las miradas despectivas de los vecinos.
   Todo transcurría normal: Selma se había ido voluntariamente a webo hacía una hora del lugar y había dejado a los demás en su tertulia, era, por mucho, "una peda tranquila", cuando, de pronto, por detrás de Tt y Selene,  una voz aguardientosa acompañada de un cuchillo cebollero de 30 centímetros  dijo: -¡A ver, saquen sus celulares y todo lo que traigan!-


    Tt, pensando por la voz aguardientosa que se trataba de "El Padre", esposo de Selene, no le tomó importancia, así que impávido, sorbió con elegancia su vaso con whisky haciendo caso omiso del cuchillo que se balanceaba entre él y Selene; ella en cambio, sí notó que la voz no pertenecía al amor de su vida y fué tomada del brazo por el hombre que en ese momento supieron, era un amante de lo ajeno y que ahora apuntaba su cuchillo con trémula decisión a Selene diciendo: -Ándale, dame tu celular-
   Todos estaban pasmados, el ladrón los había tomado por sorpresa y ahora estaba a las espaldas de Tt y Selene, exigiendo sus pertenencias, amenazante y drogado.
Selene ofendida, le dijo: -¡Noo!! No te voy a dar nada, ¡suéltame! y haciendo uso de su pericia tepiteña logró zafar el brazo de su atacante poniéndose de pie y gritando: -¡Vas a ver, ahorita vas a ver! Le voy a hablar a la policía- y corrió adentro de la casa gritando.
   El ladrón seguía ahí, apuntando a los presentes cuando María, abriendo su monedero-bolso, le dijo: -Tranquilo, tranquilo, mira, no traigo nada, tranquilo-. Él no hizo caso y tomó un cuchillo que las fritangueras tenían en la mesa de su puesto; ahora, doblemente armado, amenazó nuevamente.
   Tt, viendo que no tenía oportunidad ante él le dijo que se calmara y le dio su cartera esperando que eso le bastara para dejarlos tranquilos y  no les hiciera daño. En ese momento salí de la casa acompañado de Selene, había sido advertido por ella de lo ocurrido y fui para ver en qué podía ayudar, el ladrón, teniendo en sus manos la cartera de mi hermano y dándose por bien servido corrió a su vehículo de escape: un bicitaxi con lona rosa. 
   Sí, así como lo leen, bueno, un mototaxi, porque realmente quedan muy pocos bicitaxis ya que casi todos  tienen "reguettoneta", pero así se les sigue diciendo.
Selene, presa de la descarga de adrenalina que corría por su cuerpo dijo lo más inteligente que se le pudo ocurrir dirigiéndose a su hija: -¡Aviéntale el aceite al culero!!
   Damaris, conocida ampliamente por su estado berserker cuando suceden este tipo de cosas, no lo pensó dos segundos, todavía no terminaba su mamá de decirle cuando ella ya tenía alzado el freidor con litros de aceite caliente y dispuesta a vaciar su contenido en la humanidad de aquel hombre que acababa de ultrajarlos.

   No lo logró. Su escuálido cuerpo, producto de porquerías no nutritivas a lo largo de los años le han dado fuerza para aventar botellas y vasos con "cubas", pero no para arrojar algo pesado, mucho menos si el recipiente está caliente. El aceite se derramó sobre la acera seguido de la rabieta de Damaris, seguro, lamentándose el no haber comido sus verduras cuando niña. 
   Tt, reaccionando con rencor hacia el agresor, se levantó de su silla dispuesto a abalanzarse sobre él pero María lo agarró firmemente, impidiéndole avanzar mientras Flor le gritaba: ¡Déjalo¡ ¡No vayas!.
El ladrón había alcanzado su bicitaxi y arrancó, dejándonos allí, viéndolo alejarse.
   Corrí adentro de la casa y tomé las llaves del carro, tenía una oportunidad de alcanzarlo y no la iba a desperdiciar; en el camino me encontré con Lore que me preguntó:- ¿Qué está pasando?-. 
 -Las están asaltando-. Le dije.
   Salí lo más rápido que mi cuerpo desmielinizado me permitió pero no advertí el suelo mojado; resbalé y caí hacia atrás golpeándome en las nalgas y la cabeza, nada grave, me incorporé y junto a mi hermano subí al carro para perseguir a este tipo mientras Damaris se quedaba en la esquina gritando improperios hacia el hombre que la había ridiculizado.
    Después de vueltas y vueltas y de una parada en el bar local, nos dimos por vencidos. No lo hallamos.
De regreso a la casa, la patrulla ya estaba ahí, tomando las declaraciones de Selene y las demás.
   Nos pusieron en aviso que ese color rosa del bicitaxi, pertenece a las bases de la Romero Rubio, así que bueno, ya sabemos algo.
   Cuando los policías preguntaban -¿Qué se llevó?- Damaris, con alevosía y ventaja y para detrimento del ladrón les dijo: -Un iphone 4s, las ganancias del día que eran como 500 pesos y la cartera de mi primo-
Lo cierto es que, el ladrón sólo se llevó la cartera de Tt, en la cual, afortunadamente no había dinero, sólo su IFE y algunas fotos, ah, y su boleto del melate.
   Y ahora se estarán preguntando:¿Qué chingados tiene que ver con esta historia la imagen de Lore como el Chapulín Colorado?
   Ah, pues tiene todo que ver. Imagínense: los están asaltando, te escapas, entras a pedir ayuda y piensas en alguien, alguien fuerte o capaz o hábil. Cuando Selene logró zafarse del ladrón y entró a pedir ayuda la única persona en la que pudo pensar para que hiciera algo fue Lore. (aunque ella dice que no lo recuerda)
   Sí, Selene entró gritando: -¡Loreeee!¡ Looooooreee!! ¡Auxilio, ven, nos estan saltando!!. Entró a la sala y me encontró a mí y me dijo: -Nos están asaltando, háblale a la policía-. Algo casi imposible ya que ella agarró el teléfono cuando dijo eso. Al saber que estaba ocurriendo el asalto salí.....y lo demás ya lo leyeron.
   Así pues, termina este pequeño relato, donde las emociones se desbordaron y los corazones se abrazaron, ya que nadie salió herido.
   Cabe destacar, que seguimos ofendidos, no por el asalto en sí, no porque sí se llevó la cartera de Tt, no porque por su culpa nos caimos, no porque Damaris tiró el aceite, no porque gastamos gasolina del carro en buscarlo, no porque sea increíble que ya sean tan descarados los ladrones....No....por lo que realmente seguimos ofendidos es porque el hijo de la chingada, ¡se llevó el único cuchillo que servía!!

Ale.






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